lunes, 23 de junio de 2014

Apocalipsis 6, 1-8

1 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. 2 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer. 3 Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. 4 Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. 5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. 6 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino. 7 Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. 8 Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.

El Apocalipsis con sus cuatro jinetes no ha dejado de estar presente en todas las épocas y en todos los lugares. Incluso cada uno de nosotros tenemos nuestro particular Apocalipsis. Para ser felíz o para tener momentos de felicidad hay que mantenerse alejado de estos cuatro jinetes. Alejarse a un lugar que permita una vida retirada, lejos de la busqueda de victorias y de las batallas, poniendo distancia con las injusticias y tratando de olvidar nuestro triste final.

domingo, 15 de diciembre de 2013

El caballero de la armadura oxidada

He llevado la armadura puesta durante tanto tiempo, que me había olvidado de como me sentía sin ella. Opté por no quitármela nunca y acabé pensando que formaba parte de mí, como si hubiera nacido con ella puesta.
Ahora el Silencio me está llevando al conocimiento de mí mismo, y el descubrimiento de nuevos sentimientos me hace llorar. Y son precisamente mis lágrimas las que han oxidado mi brillante y pesada armadura y me han liberado de ella.
Sigo recorriendo junto a mi perro Rex la Senda de la Verdad. Acabo de llegar al Castillo del Conocimiento de lo que me rodea y de las personas que amo.
Se que más adelante está el Castillo de la Voluntad y la Osadía, donde deberé vencer el miedo a no llevarla nunca más.


domingo, 8 de septiembre de 2013

Mark Twain

Después de mi estancia vacacional en cierto lugar, podría ser Winesburg Ohio, podría ser Segorbe Castellón, me resulta familiar el extraño cuento de Mark Twain titulado "El Extranjero Misterioso", escrito nada menos que en 1898. Cuenta la historia de unos niños que viven en una aldea de Austria en el siglo XVI y a los que se les une de pronto un compañero de juegos sobrenatural llamado Philip Traum, que es realmente el diablo. Pero este diablillo demuestra ser la bondad misma comparado con los habitantes de la aldea, y con su superstición, su cobardía y su crueldad, que hacen de la naturaleza humana "un museo de enfermedades, un hogar de impurezas" que "comienza con lodo y termina con hediondez", que utiliza su orgulloso sentido moral para distinguir el bien del mal y luego seguir el mal.

sábado, 10 de agosto de 2013

La casa 14

La cobertura, o mejor dicho la falta de cobertura me hace subir a la cambra de la casa para poder escribir. Rex asoma su hocico pero no se decide a pasar. Es el lugar más encantado de esta casa encantada. Algunas de las habitaciones tienen establecidas sus propias presencias. La de mi tía abuela predomina. Envuelve toda la casa y me relaja. Pero mi habitación tiene una sombra negra alta que me visita por las noches, y si es quien creo, espero que eternamente arda en el infierno. Trato de ver las estrellas desde una pequeña ventana, pero solo veo las siluetas de negros palomos recortadas en la oscuridad lunar. Rex duermevela. Mi centinela me protege de las sombras.

jueves, 8 de agosto de 2013

Chantal Maillard

DIME

Partir, quedar, querer. Dejar
de querer. Dime lo que he de hacer.
Rituales. Dime. No preguntes,
dispón. Dejar de querer. Sin
respuestas. Sin voluntad. Para estar
aquí. Más. Cuéntame una historia
que no tenga final. Que no 
tenga principio. No preguntes,
dispón. Partir, quedar, contar.
No dejes de contar.

Dime qué fue de mí.

Chantal Maillard
(Hilos)

Desdichado Schnauzer

Soy un hombre afortunado. Tengo una profesión que me gusta, un schnauzer standard y un ventilador.

Nicanor Parra



SINFONÍA DE CUNA

Una vez andando
Por un parque inglés,
Con un angelorum
Sin querer me hallé.

Buenos días, dijo,
Yo le contesté,
-Él en castellano,
Pero yo en francés.

Dites-moi, don ángel.
Comment va monsieur?

Él me dio la mano,
Yo le tomé el pie,
¡Hay que ver, señores,
Cómo un ángel es!

Fatuo como el cisne,
Frío como un riel,
Gordo como un pavo,
Feo como usted.

Susto me dio un poco
Pero no arranqué.

Le busqué las plumas,
Plumas encontré,
Duras como el duro
Cascarón de un pez.

¡Buenas con que hubiera
Sido Lucifer!

Se enojó conmigo,
Me tiró un revés
Con su espada de oro,
Yo me le agaché.
Angel más absurdo
Non volveré a ver.

Muerto de la risa
Dije good bye sir,
Siga su camino,
Que le vaya bien,
Que le pise el auto,
Que le mate el tren.

Ya se acabó el cuento,
Uno, dos y tres.

De Poemas y Antipoemas

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