Ahora comienzo a leer la novela de John O'Hara, Cita en Samarra. Previo al primer capítulo, hay un relato breve de W. Somerset Mugham, que es de donde toma el título la novela, que dice así:

Había un mercader en Bagdad que envió a su sirviente al zoco a comprar provisiones. Al cabo de un rato, el criado volvió pálido y tembloroso, y le dijo: "Amo, cuando estaba en el zoco, una mujer me dio un empujón y al darme la vuelta vi que se trataba de la Muerte. Me miró e hizo un gesto amenazador; por favor préstame un caballo para que huya de la ciudad y escape a mi destino. Iré a Samarra y allí la Muerte no podrá encontrarme". El mercader le prestó su caballo y el sirviente montó en él,le clavó las espuelas en los ijares y partió a todo galope. Luego el mercader vino al zoco y me vio de pie entre la multitud, se me acercó y preguntó: "¿Por qué le hiciste a mi criado un gesto de amenaza esta mañana?" "No era un gesto de amenaza -le contesté-, sino de sorpresa. Me extrañó verlo aquí en Bagdad, pues hoy por la noche tengo una cita con él en Samarra."
Me pregunto hasta qué punto podemos evitar nuestro destino, o si tratando de cambiarlo, no hacemos otra cosa sino precipitarlo. En cualquier caso Cita en Samarra es una novela que promete.