Intercalar de vez en cuando poesía en la vida es una sana actividad para la mente. Así me tropecé con este poema que no me dejó indiferente. Es de Octavio Paz, dentro de Libertad bajo palabra.
LA CALLE
Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está obscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en las esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.
Como toda obra de arte, la poesía está sujeta a interpretaciones. En cualquier caso yo veo muy patente la soledad y la rutina. El aislamiento en uno mismo.
Si pasáis por aquí me gustaría conocer vuestra opinión.
domingo, 3 de mayo de 2009
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