sábado, 10 de agosto de 2013
La casa 14
La cobertura, o mejor dicho la falta de cobertura me hace subir a la cambra de la casa para poder escribir. Rex asoma su hocico pero no se decide a pasar. Es el lugar más encantado de esta casa encantada. Algunas de las habitaciones tienen establecidas sus propias presencias. La de mi tía abuela predomina. Envuelve toda la casa y me relaja. Pero mi habitación tiene una sombra negra alta que me visita por las noches, y si es quien creo, espero que eternamente arda en el infierno. Trato de ver las estrellas desde una pequeña ventana, pero solo veo las siluetas de negros palomos recortadas en la oscuridad lunar. Rex duermevela. Mi centinela me protege de las sombras.
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