jueves, 18 de febrero de 2010

Clarimonde, la muerta enamorada

Narración encuadrada en el género de terror, pero esta clasificación es un error generalizado.

"La muerta enamorada", es un relato de Théophile Gautier, escrito en 1836, donde se trata fundamentalmente del amor pasión, del que tanto ha escrito Stendhal, y que es capaz en un instante de acabar con la más férrea disciplina y forma de vida del enamorado. El amor pasión que se funde con el misticimo y nos situa a quien amamos en un lugar destinado a las diosas, en un lugar inmortal. Un lugar donde vigilia y sueño se confunden, donde se pierde la línea que separa lo real de lo soñado.

El amor pasión entra de pleno en el concepto místico del erotismo, ó en lo que yo al menos considero el erotismo. Algo que va mucho más allá del contacto sexual, incluso independiente del contacto sexual. Coincido con Juan Benet, tal y como recordaba recientemente José Andrés Rojo, en el pasaje cargado de erotismo de la novela Rojo y Negro de Stendhal, donde Julián Sorel coge la mano de Madame Renal. Yo aporto la escena de La Cartuja de Parma. En mi mente perdura más intensamente desde mi adolescencia, la felicidad de Fabrizio del Dongo, cuando desde la ventana de su celda en la Torre Farnese, veía a la bellísima Clelia y con complicidad se lograba comunicar con ella, diciéndose tanto con tan poco.
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