Cuando vi a este gorila, le encontré cierto aire familiar. Pero no sabía explicarlo.
Esta tarde, me he sorprendido a mí mismo ensimismado en mis pensamientos y preocupaciones, reflejado en el cristal de la ventana. Evidentemente, he descubierto por qué la expresión del gorila me resultaba enormemente familiar.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
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