jueves, 18 de febrero de 2010

Clarimonde, la muerta enamorada

Narración encuadrada en el género de terror, pero esta clasificación es un error generalizado.

"La muerta enamorada", es un relato de Théophile Gautier, escrito en 1836, donde se trata fundamentalmente del amor pasión, del que tanto ha escrito Stendhal, y que es capaz en un instante de acabar con la más férrea disciplina y forma de vida del enamorado. El amor pasión que se funde con el misticimo y nos situa a quien amamos en un lugar destinado a las diosas, en un lugar inmortal. Un lugar donde vigilia y sueño se confunden, donde se pierde la línea que separa lo real de lo soñado.

El amor pasión entra de pleno en el concepto místico del erotismo, ó en lo que yo al menos considero el erotismo. Algo que va mucho más allá del contacto sexual, incluso independiente del contacto sexual. Coincido con Juan Benet, tal y como recordaba recientemente José Andrés Rojo, en el pasaje cargado de erotismo de la novela Rojo y Negro de Stendhal, donde Julián Sorel coge la mano de Madame Renal. Yo aporto la escena de La Cartuja de Parma. En mi mente perdura más intensamente desde mi adolescencia, la felicidad de Fabrizio del Dongo, cuando desde la ventana de su celda en la Torre Farnese, veía a la bellísima Clelia y con complicidad se lograba comunicar con ella, diciéndose tanto con tan poco.

lunes, 1 de febrero de 2010

Soy el dueño de mi destino/ Soy el capitán de mi alma

Invictus, del latín, no vencido.
Y en efecto, tal como se recoge en los versos del poema de William Ernest Henley, Invictus:

"Más allá de la noche que me cubre negra como el abismo insondable, doy gracias a los dioses que pudieran existir por mi alma invicta. - En las azarosas garras de las circunstancias nunca me he lamentado ni he pestañeado. - Sometido a los golpes del destino mi cabeza está ensangrentada, pero erguida. - Más allá de este lugar de cólera y lágrimas donde yace el Horror de la Sombra, la amenaza de los años me encuentra, y me encontrará, sin miedo. - No importa cuan estrecho sea el portal, cuan cargada de castigos la sentencia, soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma".

La vida no es un camino de rosas, en ocasiones puede darnos reveses, pero pese a todo, permaneceremos Invictus, mientras seamos fieles a nosotros mismos, mientras mantengamos nuestros propios ideales y no agachemos la cabeza ante la injusticia y la tiranía que nos depare nuestro destino (algo difícil en estos tiempos de doble moral). Toda una lección la de William Ernest, que perdió una pierna por enfermedad (tuberculosis), e inspiró el personaje de Long John Sylver a su amigo Stevenson. Curiosamente, siempre he sentido simpatía por el pirata de La Isla del Tesoro con su loro y su pata de palo. Será porque también es Invictus.

Podremos perder batallas, pero permaneceremos Invictus mientras no nos perdamos a nosotros mismos.
Related Posts with Thumbnails